lunes, 7 de octubre de 2013

SINDROME PRE MENSTRUAL

Dra. Patricia Echeverria

El Síndrome Pre Menstrual es un cuadro clínico del cual se ha escrito e investigado mucho, sin embargo debo decir que desde mis  años de estudiante de medicina hasta el momento presente, no se ha avanzado mucho en cómo resolverlo y sigue siendo un “Dolor de Cabeza” para los profesionales que nos dedicamos a la salud femenina.

La forma de presentación es variable y abarca síntomas físicos y psicológicos. En algunas mujeres predominan los primeros y en otras los aspectos psíquicos son los más importantes.

El clásico Síndrome Pre Menstrual (SPM) se presenta en el 40 a 50 % de las mujeres en edad fértil, más frecuentemente en las décadas de los 20 a 40 años. Existe además una variante más severa llamada Síndrome Disfórico Pre Menstrual (SDPM) con una frecuencia de 3 a 8 % en donde los síntomas anímicos son los predominantes, lo que puede conducir a una alteración muy significativa en las relaciones interpersonales y calidad de vida.

Lo característico del  SPM es la forma de presentación cíclica, aparece en la segunda mitad del ciclo menstrual, habitualmente la intensidad de los síntomas va en aumento hasta lograr su expresión máxima al inicio de la menstruación y la desaparición de ellos al término del periodo.

Los síntomas más típicos son: retención de líquidos, lo que se puede traducir en una elevación de peso de algunos kilos, los que son eliminados al término del periodo,  sensibilidad mamaria, desde una leve molestia a franco dolor incluso con el roce de la ropa, malestar psicológico, tendencia a la melancolía y/o irritabilidad, calambres, alteraciones del sueño, baja concentración, cefalea, aumento del apetito que suele ser bastante selectivo.  En relación al SDPM los síntomas son más intensos: ánimo deprimido, desesperanza, ansiedad, tensión, irritabilidad, sensación de pérdida de control. Todo lo anterior puede interferir en el trabajo, estudios, actividades sociales y relaciones familiares.

El origen de este cuadro clínico estaría relacionado con las hormonas estrógenos y progesterona y la interacción de estas con neurotransmisores que actúan en el sistema nervioso. Por su aparición cíclica se asocia a la ocurrencia de ovulación ya que se ha visto que desaparece en mujeres a las cuales se les ha suprimido el funcionamiento ovárico. La Serotonina, neurotransmisor determinante en el control del ánimo, la expresión de agresividad, regulación del apetito y expresión del deseo sexual, estaría influenciada por el efecto de la progesterona. Si bien se conocen estos eventos, no se ha logrado llegar a un consenso en la modalidad de intervención ya que hay múltiples estudios con distintos tipos de tratamiento y no se ha podido demostrar fehacientemente la superioridad de uno sobre otro.

Considerando lo anterior, intentaré esbozar una aproximación terapéutica. Desde la mirada de la medicina convencional, lo más utilizado son anticonceptivos, estos, al suprimir la ovulación serían la estrategia más lógica y más efectiva, para muchas mujeres es la solución para sus síntomas. Sin embargo, no para todas, incluso hay algunas en las cuales aumentan. Esto nos muestra que estamos lejos de entender realmente esta condición patológica. Para aquellas en que la alteración del ánimo es el síntoma más difícil, se indica usar antidepresivos del tipo serotoninergicos, tales como Fluoexetina o Setrarina, se usan en forma continua o exclusivamente en la segunda mitad del ciclo menstrual. Ambos tratamientos: anticonceptivos y antidepresivos no están exentos de efectos colaterales. Otra estrategia usada son diuréticos que aminoran la retención hídrica, estos se indican habitualmente en etapa pre menstrual y no de forma continua.

Ahora  expondré algunas de las propuestas terapéuticas desde la mirada de Biorregulación, la idea es hacer una integración de ambos enfoques en beneficio de quien padece esta condición.

Un aspecto que la medicina convencional no considera es la inflamación como un desencadenante o agravante del cuadro clínico. Me refiero a la inflamación crónica persistente que habitualmente es silenciosa y que es inducida por el estilo de vida en donde nos alimentamos mal, vivimos en constante estrés y en ambientes contaminados. La condición inflamatoria puede inducir respuestas bioquímicas alteradas y por lo tanto exacerbar síntomas que en condiciones de normalidad serían bien tolerados como lo es para aquellas mujeres que enfrentan el periodo pre menstrual con cambios perceptibles no convertidos en un padecimiento. Existen además factores nutricionales tales como déficit de Vitamina B6, Magnesio, Vitamina A, Zinc y Calcio, la suplementación de estos nutrientes puede ayudar a atenuar los síntomas. El manejo del estrés a través de la realización de ejercicio: Yoga, Pilates o cualquier disciplina que lleve a un estado de bienestar. Es importante cuidar la alimentación especialmente en los días previos a la menstruación, promover una alimentación anti inflamatoria, consumiendo muchos vegetales, frutas y evitando harinas refinadas, azucares, cafeína, sal, chocolate, alcohol,  carnes rojas y cerdo, todo lo anterior con el propósito de bajar el umbral inflamatorio. Se pueden utilizar medicinas de Homotoxicología (Homeopatía Alemana) también  Homeopatía Clásica que nos ayuden con los síntomas físicos y psíquicos, fórmulas que ayuden con la expresión hormonal y en la regulación del Sistema Nervioso sin el costo de potenciales efectos colaterales.

Como  ultima consideración, en mi experiencia clínica he visto que la aparición de síntomas pre menstruales intensos para algunas mujeres ocurre a partir de algún evento difícil relacionado con lo femenino, ámbitos de la reproducción, sexualidad, relaciones de pareja o situaciones traumáticas, cirugías, etc. Entonces mi invitación es a mirar dentro de sí, de pronto la sanación no está en las complicadas vías hormonales y de neurotransmisores, sino en darle un lugar en el corazón a aquello que nos duele en el cuerpo.

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