jueves, 15 de noviembre de 2012

INFECCION URINARIA


Dra. Patricia Echeverria


Infección Urinaria,  también llamada Cistitis o Enfriamiento, es una enfermedad que nos afecta a nosotras las mujeres mucho más que a los hombres. Se trata de la aparición de microorganismos, habitualmente bacterias en las vías urinarias que en condiciones normales el sistema urinario está libre de su presencia. El microorganismo más frecuente es una bacteria llamada Escherichia Coli proveniente del intestino. Los síntomas habituales son, dolor al orinar, especialmente al finalizar, necesidad de orinar más seguido, urgencia urinaria, orinar pocas cantidades con gran necesidad de hacerlo, orina de mal olor y/o turbia y en casos menos frecuentes incontinencia urinaria, es decir escape de orina sin poder controlarlo. Estos síntomas están presentes cuando la infección está localizada en las vías urinarias bajas, es decir vejiga y uretra. Cuando la infección progresa por no ser tratada oportunamente o por tratarse de un microorganismo más agresivo o porque el sistema de defensa del organismo no funciona en forma optima, la infección puede ascender y comprometer los riñones. Esta condición es llamada Pielonefritis Aguda, aparecen síntomas de compromiso general tales como fiebre, dolor en el dorso a nivel de los riñones, nauseas, eventualmente vómitos y malestar general. Afortunadamente esta situación no es la más habitual.

Hay varios factores que nos predisponen a las Infecciones Urinarias, anatómicamente las mujeres tenemos la uretra corta, a diferencia de los hombres, esto y la proximidad de los orificios de la uretra y el ano facilitaría la llegada de las bacterias a la vejiga. Como ya mencioné anteriormente los microorganismos  vienen del tubo digestivo y otro factor que nos predispone es que las mujeres en general padecemos más de transito lento, condición que selecciona y concentra bacterias mas agresivas. Las técnicas de aseo genitourinarias son importantes. El frio es otro factor que debilita los mecanismos intrínsecos de defensa de todas las mucosas incluidas las urinarias, es por esto que coloquialmente se habla de “Enfriamiento” refiriéndose a la infección Urinaria.

El diagnóstico se sospecha por la aparición de los síntomas y se confirma con un examen de orina en donde se realiza un cultivo que muestra el microorganismo causante y además permite saber cual es el antibiótico adecuado. Todo lo anterior se refiere a la situación más habitual en el contexto de las infecciones urinarias, es decir, un evento esporádico, sin embargo hay dos situaciones que escapan a este comportamiento: las Cistitis no infecciosas y las Infecciones a repetición.

La Cistitis no infecciosa llamada también Intersticial o Trigonitis es una inflamación de las paredes de la vejiga no originada en una colonización bacteriana. Los síntomas son iguales a los de una infección y solo al realizar el cultivo de orina que demuestra la ausencia de bacterias se establece como posibilidad diagnóstica. Tiende a ser intermitente. Entre los factores desencadenantes está el estrés y en este sentido tendría una similitud con el Colón Irritable y otros factores tales como alergias, alimentos acidificantes y uso de diuréticos.
En algunas mujeres los eventos de infecciones  se presentan ya no esporádicamente sino como  episodios repetitivos y para algunas de estas las Infecciones Urinarias  aparecen con bastante  frecuencia luego de haber tenido relaciones sexuales. En estos casos es necesario descartar causas anatómicas y funcionales que predispongan a esta situación, la mayoría de las veces no se logra identificar una causa de este tipo. Los tratamientos convencionales apuntan al uso de antinflamatorios, antiespasmódicos y antibiótico profilácticos, es decir, tomar una dosis diaria por varios meses para hacer prevención en aquellos casos de infecciones recurrentes.

¿Cual es el aporte de un manejo biológico en todas estas pacientes?  Lo primero y mas importante es el concepto de mejorar el terreno, significa el estado general de la paciente, en esto es de mucha importancia la salud de nuestro intestino, ya que las bacterias vienen de ahí. Entonces un objetivo relevante es tener un intestino sano, lo que implica un transito intestinal normal, que se facilita con una alimentación rica en vegetales, frutas, pescado, carnes blancas, cereales integrales y restringida en azucares refinados y lácteos, estos dos últimos por su efecto pro inflamatorio. También es importante la ingesta de abundante agua y la administración de prebióticos, que son bacterias sin poder patógeno que permiten mejorar nuestras defensas al equilibrar nuestra flora intestinal. Todo lo anterior disminuye el estado inflamatorio del organismo, lo que se traduce en mejoría del funcionamiento del sistema de defensas y atenuación de las manifestaciones inflamatorias de la vejiga. Con formulas de Homotoxicología (Homeopatía Alemana) se puede ayudar al sistema urinario a eliminar toxicidad, modular inflamación y aliviar síntomas y también hay formulas que ayudan a defendernos de las bacterias. Otra estrategia que cada vez más se utiliza es extracto de Cramberry (arándano) por su efecto de prevención de infecciones,  gracias a la Proantocianidina sustancia que evita la adhesión de bacterias a las mucosas urinarias.

Otro aspecto a considerar es el manejo del estrés, especialmente en la Cistitis Intersticial, promoviendo conductas que apunten en este sentido, actividades recreativas, actividad física en especial aquellas que lleven a un estado de mayor relajo y contacto con un ritmo más pausado (Yoga, Pilates, Tai Chi).

En aquellas pacientes en que la recurrencia de sus infecciones está asociada a actividad sexual, es importante señalar que la infección no se considera de transmisión sexual, es decir, las bacterias no serian trasmitidas sino  que el coito a través de un efecto mecánico actuaría como vehículo de las bacterias propias de la mujer. Recomendaciones de aseo adecuado, evacuar la orina antes del coito y evitar enfriarse son útiles, sin embargo es importante pensar que también podría tratarse de un síntoma asociado a un bloqueo emocional vinculado a la sexualidad. Los profesionales a cargo siempre nos deberíamos plantear la eventualidad de ese origen al enfrentar a una paciente con esta dificultad y ponderar cuidadosamente la historia con el propósito de ofrecer una posibilidad de alivio.



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