Dra. Patricia Echeverria
Cuando una pareja decide que quieren ser padres, se
despliega un amplio abanico de emociones, expectativas, miedos, esperanzas e
interrogantes, especialmente para aquellos que lo serán por primera vez.
Actualmente por el estilo de vida que llevamos, es muy
frecuente la planificación de todo, nos proyectamos en el tiempo siguiendo
aquello que nos motiva, nos ponemos metas y las intentamos cumplir en tiempos
auto impuestos y con este funcionamiento también queremos la conquista de la maternidad.
En este escenario particular es muy habitual la clásica
visita al ginecólogo o ginecóloga, para que,
por decirlo de alguna manera coloquial, otorgue el “certificado de revisión
técnica” que autorice entrar en este proceso.
En 1980 el Dr. Barker de origen británico acuñó el
término “Programación Fetal” , el cual en los últimos años ha tomado fuerza
debido al incremento de enfermedades crónicas en todo el mundo. ¿De qué se
trata este concepto? La posibilidad de padecer alguna enfermedad como
Hipertensión Arterial, Diabetes Mellitus, Síndrome Metabólico entre otras o
gozar de una salud óptima depende del ambiente intrauterino. Las condiciones
internas y externas a las que está expuesto un embarazo son determinantes en la
expresión o no expresión de los genes. Es mucho lo que está en juego en el
proceso de gestación y ojalá estas pocas líneas ayuden a orientar el camino.
Aspectos de salud general son la primera línea, es decir,
ante la posibilidad de una gestación próxima es recomendable revisar hábitos,
entre estos, el cigarrillo, tan presente
entre nuestras mujeres. Debería ser eliminado con anticipación, la mayoría de
las mujeres deja de fumar solo al momento de confirmar el embarazo, por lo
tanto, la concepción ya se produjo en un ambiente altamente tóxico, restando
potencial de salud a la gestación. Otro aspecto muy importante es el estado
nutricional, una mujer con sobrepeso probablemente tenga un ambiente interno
desbalanceado, puede estar expuesta a un estado de inflación silenciosa que no
favorece los procesos de una adecuada implantación del embarazo, además ser
candidata a presentar una condición llamada Resistencia a la Insulina,
(favorece la aparición de Diabetes Mellitus o Diabetes Gestacional), en este
escenario el eje hormonal ovárico se ve afectado pudiendo dificultar el logro
del embarazo. Es recomendable que con anticipación a la gestación se logre
modificar hábitos de alimentación en el sentido de iniciar el embarazo con un
peso adecuado y lo que es más importante tener una reserva de nutrientes
óptimos para entregar al hijo o hija en desarrollo.
En el proceso de
lograr una alimentación saludable y un peso equilibrado la futura madre debería
preguntarse ¿con que materias primas quiero que mi hijo se desarrolle?
En la consulta ginecológica propiamente tal, como punto
de partida es importante realizar un examen que abarque desde tomar una muestra
para el Papanicolau, una Ecotomografía Ginecológica para evaluar anatomía de
útero y ovario y algunos exámenes bioquímicos generales, función tiroidea, hemograma, con el propósito
de que en caso necesario se realicen
correcciones previo a la gestación.
La suplementación con algunos nutrientes es muy
importante y ojalá se inicie previo al logro del embarazo. Ácido Fólico es
necesario para reducir el riesgo de malformaciones del sistema nervioso,
ejemplos de esto: hidrocefalia, espina bífida, entre otros. El uso de
antioxidantes tales como Vitamina C y Coenzima Q 10, polifenoles presentes en
frutas y vegetales, son importantes porque evitan el daño celular, nos protegen
del efecto de moléculas dañinas que entran en nuestro organismo y protegen el
sistema cardiovascular. (Ejemplos de
alimentos ricos en polifenoles: arándanos, uva, nueces, maqui)
Otro nutriente de importancia es Omega 3, con sus dos
componentes: DHA y EPA, imprescindible que sea de buena calidad, es decir, con
certificación libre de metales pesados. Protege a madre e hijo: permite buena
función placentaria, protege el sistema nervioso del embrión y la madre, reduce
la ocurrencia de depresión post parto y la aparición de hipertensión del
embarazo. Mejora las posibilidades de una adecuada lactancia materna, tan
importante en completar el desarrollo del sistema nervioso del recién nacido,
especialmente en los primeros tres meses de vida.
La calidad de los alimentos es trascendente, por ejemplo si
una gestante es alérgica, sufre de hiperreactividad, es una condición que con
alta probabilidad afectará a su hijo, nuevamente las mejores posibilidades de
reducir esta ocurrencia es en el periodo pre natal. Se deberá evitar consumir
alimentos ricos en colorantes, preservantes, saborizantes, emulsionantes, etc.,
todas aquellas substancias químicas artificiales que exacerban el
funcionamiento del sistema inmune. Eliminar grasas trans, carne de cerdo en
todas sus formas y modular el consumo de azucares, harinas blancas y lácteos.
En todos estos aspectos de calidad de vida, no podemos
olvidar al futuro padre, clásicamente nos hemos enfocado en la salud femenina,
sin embargo, la gestación es de a dos. Por el estilo de vida que llevamos hay
cada vez más hombres estresados, mal alimentados y sedentarios, habría que
preguntarse ¿Qué calidad de espermios se puede tener en este contexto? Este es
un llamado a que los aspirantes a padres, también se hagan cargo de mejorar su
estado de salud para así verlo plasmado en un recién nacido “hijo de tigre”.
El estrés materno es un factor tan determinante en el
desarrollo de un embarazo, una mujer gestante estresada lleva un hijo estresado
en su vientre. Hay muchas situaciones que pueden afectar a una mujer en la
gestación y llevarla a un estado de estrés, muchas de las cuales no dependen de
su control, por lo que se debe tomar conciencia de esto en el momento de
decidir tener un hijo. Ponerse al servicio del proceso de embarazo, implica darle el tiempo y ritmo que necesita,
es estar dispuesta a bajar las revoluciones, es no ir a todas, es respetar el
ritmo de esta vida que se abre paso dentro y tal vez renunciar por un tiempo a ser
la mejor en el trabajo, para ser la mejor madre posible.
Otro aspecto de mucha importancia es la edad en que una
mujer decide embarazarse, cada vez es más frecuente postergar este momento, en
beneficio del desarrollo profesional o el logro de aspiraciones tales como
estudios, vivienda, automóvil, viajes. Esta postergación lleva el riesgo de que
aumenten las dificultades para conseguir el deseado embarazo. A mayor edad
materna va disminuyendo el potencial de fertilidad. Así es que la sugerencia es
a priorizar en favor de la maternidad.
Por último, esta etapa pre natal es un buen momento para comenzar
a mirar la maternidad desde la vivencia ya conocida que es ser hija. Bert
Hellinger el creador de las Constelaciones Familiares, dice que para poder
situarse como madre, primero nos tenemos que situar como hija de nuestra propia
madre. Al tomar el regalo de vida que vino de ella y de nuestro padre, podemos
estar en sintonía con la vida y dar a nuestros hijos, lo que tomamos de ella. Haciéndonos
pequeñas respecto de nuestra madre,
mirándola con agradecimiento y respeto, nos situamos en
armonía con la maternidad.