Dra. Patricia Echeverria
Infección Urinaria,
también llamada Cistitis o Enfriamiento, es una enfermedad que nos
afecta a nosotras las mujeres mucho más que a los hombres. Se trata de la
aparición de microorganismos, habitualmente bacterias en las vías urinarias que
en condiciones normales el sistema urinario está libre de su presencia. El
microorganismo más frecuente es una bacteria llamada Escherichia Coli
proveniente del intestino. Los síntomas habituales son, dolor al orinar,
especialmente al finalizar, necesidad de orinar más seguido, urgencia urinaria,
orinar pocas cantidades con gran necesidad de hacerlo, orina de mal olor y/o
turbia y en casos menos frecuentes incontinencia urinaria, es decir escape de
orina sin poder controlarlo. Estos síntomas están presentes cuando la infección
está localizada en las vías urinarias bajas, es decir vejiga y uretra. Cuando
la infección progresa por no ser tratada oportunamente o por tratarse de un microorganismo
más agresivo o porque el sistema de defensa del organismo no funciona en forma
optima, la infección puede ascender y comprometer los riñones. Esta condición
es llamada Pielonefritis Aguda, aparecen síntomas de compromiso general tales
como fiebre, dolor en el dorso a nivel de los riñones, nauseas, eventualmente
vómitos y malestar general. Afortunadamente esta situación no es la más
habitual.
Hay varios factores que nos predisponen a las Infecciones
Urinarias, anatómicamente las mujeres tenemos la uretra corta, a diferencia de
los hombres, esto y la proximidad de los orificios de la uretra y el ano
facilitaría la llegada de las bacterias a la vejiga. Como ya mencioné
anteriormente los microorganismos vienen
del tubo digestivo y otro factor que nos predispone es que las mujeres en
general padecemos más de transito lento, condición que selecciona y concentra
bacterias mas agresivas. Las técnicas de aseo genitourinarias son importantes.
El frio es otro factor que debilita los mecanismos intrínsecos de defensa de
todas las mucosas incluidas las urinarias, es por esto que coloquialmente se
habla de “Enfriamiento” refiriéndose a la infección Urinaria.
El diagnóstico se sospecha por la aparición de los síntomas
y se confirma con un examen de orina en donde se realiza un cultivo que muestra
el microorganismo causante y además permite saber cual es el antibiótico
adecuado. Todo lo anterior se refiere a la situación más habitual en el
contexto de las infecciones urinarias, es decir, un evento esporádico, sin
embargo hay dos situaciones que escapan a este comportamiento: las Cistitis no
infecciosas y las Infecciones a repetición.
La Cistitis no infecciosa llamada también Intersticial o
Trigonitis es una inflamación de las paredes de la vejiga no originada en una
colonización bacteriana. Los síntomas son iguales a los de una infección y solo
al realizar el cultivo de orina que demuestra la ausencia de bacterias se
establece como posibilidad diagnóstica. Tiende a ser intermitente. Entre los
factores desencadenantes está el estrés y en este sentido tendría una similitud
con el Colón Irritable y otros factores tales como alergias, alimentos
acidificantes y uso de diuréticos.
En algunas mujeres los eventos de infecciones se presentan ya no esporádicamente sino como episodios repetitivos y para algunas de estas
las Infecciones Urinarias aparecen con bastante
frecuencia luego de haber tenido
relaciones sexuales. En estos casos es necesario descartar causas anatómicas y
funcionales que predispongan a esta situación, la mayoría de las veces no se
logra identificar una causa de este tipo. Los tratamientos convencionales
apuntan al uso de antinflamatorios, antiespasmódicos y antibiótico profilácticos,
es decir, tomar una dosis diaria por varios meses para hacer prevención en
aquellos casos de infecciones recurrentes.
¿Cual es el aporte de un manejo biológico en todas estas
pacientes? Lo primero y mas importante
es el concepto de mejorar el terreno, significa el estado general de la
paciente, en esto es de mucha importancia la salud de nuestro intestino, ya que
las bacterias vienen de ahí. Entonces un objetivo relevante es tener un
intestino sano, lo que implica un transito intestinal normal, que se facilita
con una alimentación rica en vegetales, frutas, pescado, carnes blancas, cereales
integrales y restringida en azucares refinados y lácteos, estos dos últimos por
su efecto pro inflamatorio. También es importante la ingesta de abundante agua
y la administración de prebióticos, que son bacterias sin poder patógeno que
permiten mejorar nuestras defensas al equilibrar nuestra flora intestinal. Todo
lo anterior disminuye el estado inflamatorio del organismo, lo que se traduce
en mejoría del funcionamiento del sistema de defensas y atenuación de las
manifestaciones inflamatorias de la vejiga. Con formulas de Homotoxicología (Homeopatía
Alemana) se puede ayudar al sistema urinario a eliminar toxicidad, modular
inflamación y aliviar síntomas y también hay formulas que ayudan a defendernos
de las bacterias. Otra estrategia que cada vez más se utiliza es extracto de
Cramberry (arándano) por su efecto de prevención de infecciones, gracias a la Proantocianidina sustancia que
evita la adhesión de bacterias a las mucosas urinarias.
Otro aspecto a considerar es el manejo del estrés,
especialmente en la Cistitis Intersticial, promoviendo conductas que apunten en
este sentido, actividades recreativas, actividad física en especial aquellas
que lleven a un estado de mayor relajo y contacto con un ritmo más pausado (Yoga,
Pilates, Tai Chi).
En aquellas pacientes en que la recurrencia de sus
infecciones está asociada a actividad sexual, es importante señalar que la
infección no se considera de transmisión sexual, es decir, las bacterias no
serian trasmitidas sino que el coito a
través de un efecto mecánico actuaría como vehículo de las bacterias propias de
la mujer. Recomendaciones de aseo adecuado, evacuar la orina antes del coito y
evitar enfriarse son útiles, sin embargo es importante pensar que también
podría tratarse de un síntoma asociado a un bloqueo emocional vinculado a la
sexualidad. Los profesionales a cargo siempre nos deberíamos plantear la
eventualidad de ese origen al enfrentar a una paciente
con esta dificultad y ponderar cuidadosamente la historia con el propósito de
ofrecer una posibilidad de alivio.