martes, 21 de agosto de 2012

Constipación: territorio fertil para la patología

                                                                                                                Dra. Patricia Echeverria


Es tan recurrente la situación, al preguntar a las pacientes si tienen algún síntoma digestivo, la respuesta es no, o al insistir un poco mas  ¿tienes alguna dificultad con tu transito intestinal?, sorprendentemente la negativa sigue siendo bastante común. Y con una pregunta aún más especifica ¿con que frecuencia obras?, solo entonces aparece la verdad.

Aquello que para un alto porcentaje de mujeres resulta “normal”, una frecuencia de día por medio, dos veces a la semana, una vez por semana o incluso peor, en general no lo comunican como problema, sin mencionar además otro síntoma asociado, la distensión abdominal que solemos denominar como “hinchazón”, que se va instalando a lo largo del día. Vamos por la vida así, sin conciencia de que un transito intestinal lento es un problema importante de salud, más aún cuando aparece en televisión avalado por una bella, famosa y exitosa mujer, para la cual el problema se resume en un asunto estético y la solución en consumir un yogurt.

¿Que tiene que ver este intestino lento con ginecología?... Mucho más de lo que se pudiera imaginar.

El transito intestinal lento es causante de un fenómeno inflamatorio exacerbado en el lumen intestinal, como consecuencia del aumento de bacterias mas agresivas que las usualmente presentes en este. Si el fenómeno persiste da origen a lo que se denomina síndrome de intestino permeable, que trae asociado la aparición en el torrente sanguíneo de sustancias tóxicas propias de los procesos de excreción. Estas sustancias pueden generar reactividad en el resto de los tejidos, que se expresa en un nivel de inflamación aumentado.

Un motivo de consulta muy frecuente en ginecología es el flujo genital persistente y/o recurrente. Habitualmente mujeres poli medicadas en las  que a pesar de múltiples tratamientos, el problema no se resuelve. Muchas veces esta situación es el reflejo de esta flora intestinal desbalanceada ocasionada por un intestino disfuncional e inflamado, junto a  la reactividad que esto provoca en órganos pelvianos vecinos. En todas ellas, el manejo que va a la raíz del problema es mejorar el terreno, lo que significa rehabilitar el intestino, es decir, re educar la alimentación, en este punto dos recomendaciones importantes : la primera,  puede a primera vista parecer bastante alejada del sentido común, como es evitar el consumo de leche y todos sus derivados, la segunda, reducir significativamente la ingesta de azucares refinados, para lo cual existe mucha resistencia debido a la “adicción” bastante generalizada especialmente entre las mujeres a este tipo de alimentos.

Otros aspectos importantes, fomentar la hidratación, drenar las toxinas  y modular el fenómeno inflamatorio. Todo lo anterior se puede manejar con medicinas naturales y si el caso lo amerita  usar medicamentos antibióticos o anti hongos. Sin embargo lo más importante es mejorar las condiciones locales para que la propia inmunidad de la paciente se pueda hacer cargo y evitar así la cronicidad.

Otro problema que es motivo de consulta habitual es el dolor pélvico crónico o agudo, y que luego de realizar múltiples exámenes buscando posibles causas, no se logra precisar su origen. En muchos de estos casos su punto de partida se da en el intestino y el mejoramiento del terreno nuevamente es la estrategia más adecuada en vez de centrarse solamente en el manejo del dolor.

Síntomas tales como poli artralgias (dolores articulares múltiples), disfunciones hormonales, baja capacidad de concentración y memoria, todos ellos bastante frecuentes en la consulta ginecológica, pueden estar asociados a este síndrome de intestino permeable y por lo tanto poner énfasis en prevenirlo y tratarlo es de suma importancia en la salud de todas las personas.