lunes, 18 de marzo de 2013

MENOPAUSIA, ALGO MÁS QUE SOLO TOMAR HORMONAS


Dra. Patricia Echeverria

Para comenzar es necesario definir algunos conceptos.  Climaterio y Menopausia son dos conceptos que aunque relacionados no son sinónimos.

Menopausia es el cese permanente de la menstruación, debido a una falla ovárica permanente y fisiológica. En nuestro medio ocurre aproximadamente a los 50 años, con un margen de aproximadamente dos años. En sentido práctico, la menopausia es una fecha que marca la última menstruación en la vida de una mujer. Se considera precoz si aparece a los 40 años y se habla de falla ovárica prematura si es antes de los 30 años. En estos dos últimos casos es indispensable hacer un estudio acucioso para descartar otras causas mórbidas que puedan llevar a ausencia de menstruaciones.

Climaterio es un periodo de tiempo variable, que  hace la transición entre la etapa reproductiva y no reproductiva en las mujeres, se caracteriza por la aparición de algunas señales, tales como cambios en los patrones de sangrado menstrual, ciclos menos regulares, cambios en la calidad del sangrado y una serie de otros síntomas que más adelante detallaré.

El elemento central de todo es el descenso de la producción ovárica de las hormonas estrógenos, progesterona e inhibina.

Los síntomas que acompañan a los cambios del patrón de sangrado menstrual son: bochornos, es decir, una oleada de calor intenso y repentino que habitualmente afecta la parte superior del cuerpo, acompañado habitualmente de sudoración intensa, mareos, cefaleas, cambios de ánimo: irritabilidad, melancolía, trastornos del sueño, disminución de libido (deseo sexual), sequedad vaginal que puede llevar a otro síntoma como es dispareunia (coito doloroso), dolores articulares.

Afortunadamente, la aparición de síntomas no es la regla para todas las mujeres, hay estadísticas que informan que un 25% de las mujeres son sintomáticas. La intensidad es variable, desde solo molestias a mujeres que lo pasan muy mal debido a la gran intensidad especialmente de los bochornos.

Respecto a que ofrecer como tratamiento, el enfoque clásico ha sido el reemplazo hormonal, prolongando este tipo de  estímulo  por una cantidad de años variable, para así evitar los síntomas antes descritos. Se utilizan preparados con hormonas sintéticas de varios tipos y formas de administración. No me referiré a estos tratamientos ya que su  prescripción debe ser realizada bajo supervisión médica  atendiendo a las características específicas de cada paciente y porque personalmente  prefiero no indicarlos como primera opción.

Un aspecto muy importante a la hora de decidir que ofrecer a estas paciente, es considerar su contexto general, habitualmente mujeres alrededor de los 50 años en donde se suman otros temas de salud tales como hipertensión arterial, resistencia a la insulina, sobrepeso, sedentarismo, artrosis, insuficiencia venosa, entre otras.  En la mayoría de estas mujeres con estos diagnósticos, indicar un tratamiento hormonal es aumentar factores de riesgo. Además está todo lo relacionado con el potencial riesgo oncológico que una terapia hormonal puede acarrear.

Que hacer entonces?
En primer lugar deberíamos intentar modular los síntomas que habitualmente es lo que lleva a consultar a estas mujeres. Existen los llamados Fito estrógenos, que son compuestos químicos, no hormonales que se encuentran en los vegetales y que tienen forma y acción similar a los estrógenos. Los más conocidos son las  Isoflavonas y Lignanos. Soya y Linaza son las más representativas.  Estos Fito estrógenos  los encontramos en preparados farmacéuticos o  directamente como soja y linaza (teniendo cuidado de evitar la soja transgénica).

Existe además una amplia variedad de fórmulas homeopáticas que por sus componentes y diluciones son capaces de modular los diversos síntomas que acompañan este periodo de la vida, ejerciendo su efecto  a nivel del sistema inmunológico y dándole herramientas al eje hormonal para alcanzar un adecuado funcionamiento. La ventaja de este tipo de medicinas es que no tiene efectos potencialmente adversos, no aumentan riesgo de cáncer  y son muy bien tolerados.

Para lograr una mejor respuesta terapéuticas es muy necesario preparar adecuadamente el organismo, así la intensidad de los síntomas podrá disminuir y la eficiencia del tratamiento mejorar. En este punto cobra mucha importancia el funcionamiento del hígado, este órgano es el responsable de metabolizar los estrógenos entre otras muchas funciones. Debemos como estrategia hacer una desintoxicación hepática, no podemos olvidar que muchas de nuestras pacientes son poli medicadas, con alimentación que no siempre es la más adecuada, con tránsito intestinal lento, todos factores que pueden llevar a un bloqueo del adecuado funcionamiento depurativo del hígado.  Un hígado sano es el punto de partida para un adecuado funcionamiento hormonal.

Un concepto no muy conocido es el de Somatopausía, que es el proceso de pérdida de masa muscular (también llamada sarcopenia), esta condición lleva implícita un potencial deterioro de algunas funciones metabólicas, tales como pérdida de masa ósea, el hueso se nutre desde un adecuada masa muscular. Condiciones como resistencia a la insulina, diabetes mellitus e hipertensión arterial tienen mejor control cuando hay una buena cantidad de músculos y estos se mantienen activos.

Una condición muy habitual en nuestro tiempo es el estrés, el cual lleva a un aumento de una hormona llamada Cortisol, necesaria para la vida, sin embargo bastante perjudicial cuando está elevada más allá de lo fisiológico.

El cortisol elevado tiene varias consecuencias: contribuye al proceso de pérdida de masa muscular antes descrito ya que al elevarse, induce disminución de la hormona de crecimiento que estimula el desarrollo muscular. Por otra parte en el sistema nervioso central se producen estrógenos a partir de colesterol, mejorando funciones como la memoria, libido, sueño y control del apetito, el aumento del cortisol disminuye estas funciones en el cerebro. Todo lo anterior nos lleva a sugerir estrategias que disminuyan el cortisol, lo primero es procurar tener  amigable actitud  y conducta frente a la vida, es decir,  poder resolver situaciones difíciles en forma pro activa, con un pensamiento positivo, está demostrado que un pensamiento positivo es capaz de cambiar la bioquímica de nuestro cuerpo.  Realizar actividad física que aumente nuestra potencia muscular y que también nos conecte con un movimiento más pausado y sereno,  practicar Yoga, Pilates, Thai chi, son buenos ejemplos o simplemente darse un tiempo en la quietud de algún espacio para respirar conscientemente algunos minutos cada día.

La calidad y cantidad de  alimentos es muy importante, después de la menopausia existe  producción de estrógenos en las mamas, por lo tanto es importante evitar la obesidad en estas mujeres ya que podrían aumentar su riesgo de cáncer mamario.

El uso de algunos alimentos tales como resveratrol,  un antioxidante presente en las uvas y vino tinto, cúrcuma, arándanos y la suplementación con Omega 3,  ayudan a modular el efecto estrogenico.

Resumiendo, para cada paciente hay un enfoque a su medida, para todas,  una alimentación saludable, actividad física, suplementos alimenticios, manejo del  estrés. Para el alivio de los síntomas el manejo es personalizado, se puede utilizar formulas homeopáticas, Fito estrógenos y si el caso amerita hormonas sintéticas con una adecuada evaluación y seguimiento.

Por último quiero comentar con alegría que cada vez más observo en mi práctica clínica que las mujeres que comienzan a vivenciar esta etapa de sus vidas la enfrentan con una  mirada más bondadosa, asumiendo que es como traspasar un portal que las lleva a otra etapa de la vida, muy lejos del termino del camino lo que representaba en el pasado , más bien como el inicio de la segunda mitad de sus vidas y conscientes de que es un proceso para el cual existen estrategias amigables con nuestro cuerpo para aliviar aquellos síntomas que podrían incomodar.



  


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